Cuando uno se dispone a hacer una lista con las mejores 10 películas que ha visto en su vida, simplemente deja de escribir, se sienta en el sofá y piensa: ¿Solo diez películas? ¿Films que me han gustado por placer o que me han deleitado por haber sido innovadores en la historia de la cinematografía? ¿Europeas, norteamericanas, asiáticas? Eso da igual. Nombrar diez películas es sumamente difícil, y tal vez por esto acepto el reto. Diez cintas que me han dejado huella, que recordaré toda la vida, que vería de nuevo sin pestañear.
Es entonces cuando, un batiburrillo de imágenes, directores, interpretes, música, guionistas y escenas forman un ovillo en el cerebro encaramándose a una visión del ‘El acorazado Potemkin‘, ‘El gabinete del doctor Caligari‘, ‘Tiempos Modernos‘, ‘Luces en la ciudad‘, ‘Candilejas‘, ‘Una noche en la opera‘… y, sin embargo, la película que hizo que abriera los ojos como platos fue ‘Ciudadano Kane‘, dirigida e interpretada por Orson Wells, con un excepcional elenco de actores como Joseph Cotten y Dorothy Comingore.
1- CIUDADANO KANE (Citizen Kane, 1941)
Si la elijo como la primera, es también por los fascinantes movimientos de cámara, travelings, los planos generales que la dotan de un auténtico valor psicológico, la cuidada planificación y, por supuesto, el punto de vista. Y para ello he dejado atrás muchas películas pero, una vez se ha sacrificado a Charles Chaplin o Buster Keaton, todo parece más sencillo. Por el camino me he deshecho de ‘Sed de mal‘, ‘El extraño‘ o ‘El proceso‘. Sinceramente, creo que la segunda ya no será tan difícil como la primera, aunque descarto obras como ‘La strada‘, ‘La dolce vita‘, ‘Amarcord‘ y, definitivamente me inclino por:
2- OCHO Y MEDIO 8 ½ (Otto e mezzo, 1963)
Película dirigida por Federico Fellini en 1963 e interpretada por Marcello Mastroianni y Claudia Cardinale. Parece mentira pero es cierto: hacer este tipo de listas sirve para despojarse de una enorme y pesada carga. Y sigo trillando, buscando en los recovecos de mi cerebro, cintas que me hayan impresionado. Así me despojo de Ingmar Berman y su ‘Séptimo sello‘, Gary Cooper y ‘Solo ante el peligro‘, Bette Davis y ‘La loba‘, James Dean y ‘Al este del edén‘, Jean Gabin y ‘El clan de los sicilianos‘ y… vuelvo atrás y encuentro la tercera.
3- LAS DIABOLICAS (Les diaboliques, 1955)
Llevada a la pantalla de la mano de H.G. Clouzot en 1955, con actores de la talla de Simone Signoret, Véra Clouzot y Paul Meurisse es una cinta indispensable para los amantes del thriller y la intriga. Pero muy a pesar mío, debo seguir descartando y borro de mi mente a Ava Gardner y ‘La noche de la iguana‘, Gary Grant y ‘Con la muerte en los talones‘, Audrey Hepburn y ‘Desayuno con diamantes‘, Jack Lemmon y ‘Con faldas y a lo loco‘ pero… vuelvo hacia atrás, mi cerebro rebobina con rapidez. ¡Ya la tengo!
4- EL SUEÑO ETERNO (The Big Sleep , 1946)
Me refiero a la primera versión, dirigida por Howard Hawks, en 1946, e interpretada por Humphrey Bogart y Lauren Bacall, basada en la novela del mismo título escrita por Raymond Chandler. Una más y habré llegado a la mitad. Prescindo de Roman Polanski y ‘Chinatown‘, algo que no me hace ni pizca de gracia; Martin Scorsese y ‘Malas calles‘, Billy Wilder y ‘Perdición‘, Sam Peckinpah y ‘La huida‘, y es entonces cuando encuentro a François Truffaut y sus ‘Cuatrocientos golpes‘.
5- LOS CUATROCIENTOS GOLPES (Les Quatre cents coups, 1959)
Un film realista, estrenado en 1959, con un guion de Marcel Moussy y del propio François Truffaut, que trata los problemas de la adolescencia y de la propia enseñanza. Y como una lucecita que se enciende en una habitación oscura, me viene a la mente:
6- EL LADRÓN DE BICICLETAS (Ladri di biciclette, 1948)
Una película que, ante todo, constituye un crudo testimonio de la dura posguerra vivida en Italia. Dirigida por Vittorio De Sica en 1948 e interpretada por Lamberto Maggiorani, Enzo Staiola y Lianella Careli, constituye un nuevo modelo de hacer cine bajo las circunstancias de la escasez de medios técnicos, dando lugar a la aparición de unas condiciones de libertad para la creación, nada comunes en aquella época.
7- 2001, UNA ODISEA DEL ESPACIO (2001: A Space Odyssey, 1968)
Rodada en 1968 a las órdenes de Stanley Kubrick, con un guion del mismo Kubrick y Arthur C. Clarke y un extenso reparto en los que destacan Keir Dullea, Gary Locwood, William Sylvester, Daniel Richter, Leonard Rossiter y Margaret Tyzack, es una cinta extraña, cautivadora y abierta a múltiples interpretaciones. Y no me cabe duda, que en esta lista tengo que nombrar a:
8- LA NARANJA MECÁNICA (A Clockwork Orange, 1971)
Basada en la novela del escritor británico Anthony Burguess y adaptada por Stanley Kubrick, apareció en 1971, protagonizada por Malcom McDowell, Patrick Magee, Adrianne Corri, Michael Bates entre otros. Sin duda, una película inmortal, con grandes escenas, un monólogo final y una serie de secuencias que la hacen inolvidable. Es cierto que no me perdonaré omitir ‘El padrino‘ en éste catálogo de películas favoritas, esencialmente la primera parte; claro que entonces tampoco podría olvidar a ‘El buscavidas‘, ‘Bonnie and Cyde‘ o a la mismísima ‘Gilda‘. Sin embargo me decanto por:
9- LUZ QUE AGONIZA (Gaslight, 1944)
Personalmente, la que prefiero con diferencia, es la versión filmada por George Cukor en 1944 e interpretada por Charles Boyer, Ingrid Bergman y Joseph Cotten. Hay una versión anterior de 1940, dirigida por Thorold Dickinson. Esta solo la vi una vez. La de Cukor tres, y siempre me ha fascinado la habilidad que tuvo para dosificar el misterio y la intriga en todo momento.
Y llegamos a la última, que paso a nombrarla sin más dilaciones:
10- LA LEY DEL SILENCIO (On the Waterfront, 1954)
Cinta dirigida por Elia Kazan en 1954, y con un elenco que incluye a Marlon Brando, Karl Malden, Lee J. Coob, Rod Steiger y Eva Marie Saint, entre otros. Un drama sobre los estibadores de los muelles de Nueva York, el control de la mafia, los delatores, y todo un mundo cercano al neorrealismo.
Evidentemente hay auténticas obras de arte que no he nombrado, pero las que están son las que más me influenciaron, y me llevaron a adentrarme una y otra vez, a una habitación oscura, sentarme en una butaca y valorar un guion.
