Nación Salvaje (2018) de Sam Levinson – Crítica

Nación Salvaje

Fue aplaudida en el Festival de Sitges y ahora llega a nuestras pantallas: en Nación Salvaje, el Salem de las brujas es un cuento de hadas comparado con el Salem de la era Smartphone.

Hay una frase que dicta que “somos lo que somos cuando nadie nos ve”. En Nación Salvaje, segundo trabajo como director de Sam Levinson, esta afirmación podría readaptarse, tomar una nueva forma: “somos aquello que saldría a la luz si nos hackeasen el móvil”. La película nos sitúa en el mismo pueblo de Salem que en 1962 entró en histeria colectiva y llevó a cabo una caza de brujas que pasaría a la historia. El Salem de Levinson, pese a situarse en nuestro siglo, acaba siendo el mismo relato. En este caso, sin embargo, las antorchas se cambian por balas y la magia negra le cede el testigo a Internet. 

Levinson traslada a la gran pantalla lo que podría ser otro capítulo de Black Mirror donde la tecnología llega a su extremo más peligroso cuando, de repente, alguien empieza a filtrar la identidad cibernética de los habitantes del pueblo: conversaciones, fotografías e historiales que, por supuesto, han buscado porno. Todo aquello que se reserva para la ventana de incógnito queda súbitamente al descubierto, invitando al pánico y más tarde a la violencia desenfrenada a inundar las calles de Salem. El director – responsable también del guion de la película – utiliza como vehículo narrativo a un grupo de amigas puramente millenial que, a riesgo de convertir la historia en otra trama teenager termina siendo algo parecido a lo que sucedería si mezclásemos Chicas Malas (2004) con The Purge: la noche de las bestias (2013), animadoras y pompones, fundas de móvil con purpurina y selfies subidos de tono, todo salpicado de sangre. Es decir: una maravilla.

Levinson traslada a la gran pantalla lo que podría ser otro capítulo de Black Mirror donde la tecnología llega a su extremo más peligroso.

El cine refleja en muchas ocasiones el contexto social que envuelve la película. En este caso el director toma conciencia de ello y forja también un guion que asienta sus bases en el empoderamiento femenino que hace arder cada vez con más fuerza normas patriarcales y corsés machistas, dejando a elección de las protagonistas si apretar o no el gatillo del arma más poderosa de Nación Salvaje: la libertad. Levinson nos lleva de la mano de Lily (Odessa Young), Sarah (Suki Waterhouse), Bex (Hari Nef) y Em (Abra) por el pedregoso camino que la mayoría de mujeres se ve todavía obligada a transitar, y lo hace sirviéndose de una banda sonora y una iluminación atmosféricas como un tándem que define de forma acertadísima el tono de cada escena; el lenguaje cibernético habla de forma directa con el espectador y recursos como el de la multipantalla o secuencias cortas filmadas igual que se filma un Instagram Stories dotan de ritmo y de forma al fondo narrativo. 

El director forja también un guion que asienta sus bases en el empoderamiento femenino.

La frase inicial de este artículo cambiaría, pues, tras visionar la vertiginosa película. “Somos lo que somos cuando nadie nos ve” transmuta, metralleta al hombro y envuelta en cuero rojo dando lugar a otra variante, sin duda más necesaria: “Somos, simplemente, lo que nos da la gana. Bitch”. 


Sinopsis El hackeo y la publicación de buena parte de la información íntima de sus ciudadanos hará que la gente de Salem pierda los papeles.
País Estados Unidos
Dirección Sam Levinson
Guion Sam Levinson
Música Ian Hultquist
Fotografía Marcell Rév
Reparto Bella Thorne, Bill Skarsgård, Suki Waterhouse, Susan Misner, Joel McHale, Anika Noni Rose, Maude Apatow, Cody Christian, Colman Domingo, J.D. Evermore
Género Thriller
Duración 110 min.
Título original Assassination Nation
Estreno 29/03/2019

Calificación8.5
8.5
Etiquetas películas intriga

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Cris Blanco

“Termina siempre así, con la muerte. Pero antes, hubo vida. Escondida bajo el "bla, bla, bla..." Y todo sedimentado bajo los murmullos y el ruido. El silencio y el sentimiento, la emoción y el miedo. Los demacrados, caprichosos destellos de belleza. Y luego la desgraciada miseria y el hombre miserable. "Bla, bla, bla..." [...] En el fondo, es sólo un truco. Sí, es solo un truco" - La Gran Belleza (Paolo Sorrentino)

1 comments

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  1. J 27 julio, 2019 at 07:26 Responder

    Todo lo que esta mal en el cine independiente esta en esta película: eso la hace ser tan buena en el mismo circuito. Es el ‘Rapido y Furioso’ de las salas pequeñas ; lleva al espectador a sentir asco por la exageración de recursos filmograficos, pero al mismo tiempo lo acerca por ser sátira y realidad de la estúpida cultura norteamericana.
    ¿ Como se vota acá ? ¿Es democrático, snob o absolutista?

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