El tiempo contigo consigue atraparte como a un niño. Pero su tramo final es un aterrizaje forzoso tras ese vuelo apacible.
Tres años después de maravillarnos con la película de animación japonesa más taquillera de la historia (Your Name), Makoto Shinkai vuelve a ponerse a los mandos de un gran equipo para traernos Tenki no ko (El tiempo contigo). Una historia sobre la amistad y el amor, algo muy común en su filmografía.
Hotaka Morishima es un joven que vive en una isla alejada de cualquier estímulo. Después de mucho tiempo necesitando ver el mundo, escapa de casa y se dirige a Tokio para buscar trabajo. Allí conocerá Akina Amano, una chica que esconde un gran secreto: tiene el poder de controlar el clima.
Es más habitual de lo que podríamos creer el hecho de ver a un joven adolescente escaparse de casa en la animación japonesa. Después de aceptar esto, tenemos una bonita historia de adaptación. Makoto Shinkai no solo nos muestra las calamidades que el joven Morishima tiene que afrontar para encontrar trabajo, sino que además nos define la sociedad más oscura de la Tokio nocturna. Garitos con prácticas muy cercanas a la prostitución, armas que pueden ser vistas debido a las variadas mafias que lo controlan todo, borrachos a los que no les importa dar una paliza a un joven si este les molesta… No es un acercamiento optimista, pero el director es capaz de mezclar toda esa miseria con la bondad de los que le rodean y la esperanza al entrar en escena nuestra coprotagonista.
A partir de aquí, la película no hace más que mejorar. Sería fácil empezar a perder interés cuando las cosas van bien, pero Makoto, con sus habituales montajes ‘videocliperos’, dota de un ritmo fantástico a lo que sigue aconteciendo. Nos adentramos por fin en el género que mejor define a la cinta: el fantástico.
El director sabe cuáles son sus señas de identidad: su preciosa animación, su carácter sentimentaloide, y sus montajes musicales en momentos de transición.
El sintoísmo es la segunda religión más extendida en Japón (solo superada por el budismo japonés). Es una religión que cree en la existencia de los kami, los espíritus de la naturaleza. Si estamos habituados a las películas de Studio Ghibli seguramente nos hayamos familiarizado un poco con ella. En esta cinta de Makoto Shinkai, al igual que en muchas de sus obras, se dan muchas pinceladas de esa espiritualidad. Una preciosa unión del ser humano con la naturaleza. El simple hecho de que la protagonista logre su milagro cuando reza para que suceda, es un claro ejemplo de ello. El invocar el clima, el detener la lluvia, ver las caras felices de la gente cuando el sol empieza a brillar al fin después de días y días sin cesar los aguaceros..
Para un servidor, lo más destacable de esta cinta es la facilidad que tiene para expresar sentimientos a raíz del clima. La propia lluvia en sí tiene una preciosa evolución sentimental para los personajes de la obra a lo largo de esta, y es un medio importantísimo para mostrarnos la progresión, el crecimiento, la madurez de estos personajes. Tenki no ko te hace amar al mal tiempo, como dice el refrán, mirarlo con buena cara. Y ya que hablamos de los personajes, Makoto Shinkai no se olvida de los secundarios. Todos tienen una historia lo suficientemente interesante como para querer seguirla y que sintamos lo que ellos sienten. Vamos, lo que podemos llamar una buena construcción de personajes.
Y ahora… entremos en lo malo. El director sabe de sobra cuáles son sus señas de identidad. Las más características son: Su preciosa animación, su carácter sentimentaloide (ñoño, para que nos entendamos), y sus montajes musicales en momentos de transición. Centrémonos en lo tercero ya que lo demás está bien tratado. Las canciones de esta película son muy buenas, hasta ahí todo bien. El problema radica en el abuso de este recurso. Makoto Shinkai se dio cuenta de que en Your Name este aspecto fue alabado por el púbico y en esta, su siguiente película, quiso exprimirlo demasiado. Hay momentos en los que, sin exagerar, termina una canción justo para que empiece otra. Y entiendo que esto está hecho para dotar de dramatismo a las escenas en las que transcurren, pero lo que acababa provocando es casi incómodo (incluso escuché alguna risa entre el público asistente). Además de esto, el tramo final pierde el ritmo por un hecho demasiado simple. El realismo ficticio (dentro de las posibilidades del argumento) con el que está tratada la cinta hace que en cierto momento del final no puedas tomarte en serio las situaciones creadas. De pronto, todo se desmadra, todo se vuelve irreal y exagerado. Esta decisión tomada, probablemente, por la falta de acción de la obra hasta ese momento es bastante poco acertada. La obra no necesitaba a estas alturas cambiar tan drásticamente de ritmo.
En resumen. Tenki no ko consigue atraparte como a un niño, te hace sonreír, llorar, volver a ser un adolescente enamorado. Pero su tramo final es un aterrizaje forzoso tras ese vuelo apacible.
Sinopsis Hotaka Morishima es un estudiante de secundaria que se muda a Tokio para dejar atrás su vida en una isla aislada del mundo. Allí conocerá a Akina Amano, una chica con el misterioso poder de manipular y controlar el clima a su antojo.
País Japón
Dirección Makoto Shinkai
Guion Makoto Shinkai
Música Radwimps
Género Animación
Duración 112 min.
Título original Tenki no ko
Estreno 29/11/2019