Simplemente, Johnny Depp

johnny depp

Hablar de Johnny Depp es como hacerlo del chocolate: lo encuentras de mil maneras y en mil recetas diferentes, pero nunca te cansas de él.
Y es que, si tuviéramos que definirle con un adjetivo, sería versátil.

Es como el animal que se camufla en la naturaleza para poder sobrevivir. Lo mismo lo puedes ver haciendo de pirata descarado, que entra y sale de la pantalla parloteando en Piratas del Caribe, como de gitano introvertido transmitiendo emociones tan solo con su mirada en Vidas Furtivas. Incluso lo hemos visto como asesino, cortando cuellos sin ningún tipo de reparo, en Sweeney Todd.

Lo más curioso del actor de Kentucky es que siendo uno de los mejores intérpretes de su generación, nunca ha estudiado para ello. Llegó a este mundillo como ocurren muchas cosas en la vida, por mero azar. Él soñaba con ser cantante, de hecho tenía un grupo musical con unos amigos, los cuales llegaron a ser teloneros de Iggy Pop o Duran Duran.

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Siendo muy joven y amigo de un imberbe Nicolas Cage, este le consiguió una prueba para Pesadilla en Elm Street de Wes Craven. Al director no le entusiasmó, pero a la hija de la directora de casting sí, e incitó a su madre a que le dieran el papel. Hasta enconces, se había ganado la vida con trabajos “basura”, empleos que iban desde empleado de gasolinera hasta ¡vendedor telefónico de bolis!.

Con Pesadilla en Elm Street cambió su suerte. Aunque el “boom” llegó con la serie juvenil 21 Jump Street, que le convirtió en ídolo de adolescentes, algo que no llevaba muy bien. De hecho, firmó un contrato de 5 años con la productora y al cuarto lo rompió porque no aguantaba más. No era lo que quería hacer. Veía esos años como una manera de sacar un dinero fácil, pero no como una forma de ganarse la vida a largo plazo.

Estaba pensando en dejar la interpretación, cuando en su camino se cruzó una de las personas más importantes de su vida: Tim Burton.
El director le dio una gran oportunidad al ofrecerle el papel de Eduardo Manostijeras, un papel ansiado por actores ya consagrados como Tom Cruise, quienes finalmente fueron descartados tras la negativa a mostrar su “cara bonita” desfigurada. A Depp, eso no le importaba lo más mínimo. Nunca ha sido el típico galán de cine, aunque aptitudes tenía para ello.

A día de hoy, todavía no se explica como consiguió ser Edward Scissorhands (Eduardo Manostijeras). ¿Cómo Burton se atrevió a darle la oportunidad a un actor inexperto y desconocido al que la productora no quería porque no era “vendible”? Pero como reconocería en posteriores entrevistas, el director luchó por él. En palabras del director de Sleepy Hollow: “vi algo en él que nunca había visto en un actor, vi ángel en esa mirada”.

Johnny Depp vio la oportunidad como una forma de “quitarse el polvo”, dejar de lado su encasillamiento de ídolo juvenil y poder demostrar su valía. Él no era solo una cara bonita o el actor de turno del que todos se olvidan en dos o tres años.

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La película fue un éxito, y el actor obtuvo el reconocimiento del sector cinematográfico en forma de nominación a los Globos de Oro en 1990.
A este papel le siguieron otros de una gran calidad como Arizona Dream o ¿A quién ama Gilbert Grape?, con un novato Leonardo DiCaprio. La crítica comenzaba a asombrarse con el joven actor.

Pero esto es Hollywood, y si no comulgas con su dogma te cierran la puerta en la cara.
A Johnny le comenzaron a llegar papeles muy “golosos”, comerciales, que le convertirían definitivamente en una estrella del cine, y le harían ganar fama y dinero de  forma muy rápida. Pero él prefirió elegir papeles que le aportaran algo, aparte de los mencionados placeres terrenales. Rechazó películas tales como Leyendas de pasión, que acabaría haciendo Brad Pitt, Entrevista con el vampiro o Speed.
En lugar de eso, escogió otras opciones más independientes como Cry Baby de John Waters, Don Juan de Marco o Dead Man del gran Jim Jarmush.

Johnny depp

Esos “feos” al elegir papeles más personales y desechar las “grandes” oportunidades de Hollywood, hicieron mella, y la meca del cine le retiró la palabra.
Sus películas no tenían apenas recaudación. Se le tildó como “veneno para la taquilla”, y se le criticaba duramente cada vez que protagonizaba un film.

Se atrevió como director en The Brave, una apuesta personal presentada en el Festival de Cannes. La crítica lo destrozó. Años más tarde, ha llegado a considerarse como un film de culto.

Johnny Depp siguió haciendo películas, aunque solo unos cientos fueran a verla a los cines.

Entonces llegó su papel del Capitán Jack Sparrow.
Huelga decir que Disney no le quería, pero Jerry Bruckheimer no estaba dispuesto a hacer Piratas del Caribe sin él, y los estudios tuvieron que tragar.
Lo que empezó como una apuesta arriesgada en un género muerto como el de los piratas, acabó con una exitosa saga, cuya quinta entrega se estrenará en 2017.
Y claro, siendo una de las películas más rentables de la historia del cine, Hollywood empezó a mirar al actor con otros ojos. Todo esto, se tradujo en más nominaciones a los Oscars y a los Globos de Oro, aunque a día de hoy no ha ganado ninguno.

Este podría ser el resumen, a grandes rasgos, de la carrera de un actor peculiar donde los haya, de un actor que a trabajado con lo mejor del cine. Leyendas de la talla de De Niro, Al Pacino, Dustin Hoffman, Marlon Brando, al cual dirigió en su película, Julie Christie o Meryl Streep. Estrellas de la época, que van desde el mencionado DiCaprio, a Cate Blanchett, Angelina Jolie o Helena Bonham Carter. Se atrevió con el acento español, y le hemos podido ver con nuestra Penélope Cruz, a la cual le une una gran amistad, Javier Bardem, Antonio Banderas o Jordi Mollá.
Por no hablar de directores. Depp ha tenido el placer de ser elegido por cineastas como el citado Tim Burton, Emir Kusturica, John Waters, Jim Jarmush, Oliver Stone, Lasse Hallström o Polanski.

Johnny depp

Si habéis leído hasta aquí, habréis observado mi predilección hacia este magnífico actor. Por eso entenderán mi enfado cuando se habla de Johnny Depp como un actor “guapo, atractivo, o, ¡ah sí!, el que hace de Jack Sparrow”. Y es que es mucho más. Él es, simplemente, Johnny Depp.

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Noelia Pinto Cervero

Estudiante de radio.Periodista de vocación aunque no sobre el papel. El cine, el fútbol, la música y la lectura guían mis pasos por el camino de baldosas amarillas.

5 comments

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  1. A.L.Ma 17 agosto, 2014 at 14:22 Responder

    Muchas gracias por el artículo! sin duda uno de mis actores favoritos…destacar únicamente su papel en »Benny and Joon» el cual le valió la nominación a los Globos de Oro como mejor actor principal, lo que le ayudó también a despegar en el mundo del cine.

    Gran parte del peso de la película recae sobre su personaje, un chico introvertido amante del cine mudo que interpreta a la perfección algunas de las escenas de las películas de Keaton o Chaplin. Una película sencilla pero muy bien llevada por los 3 protagonistas.

    Enhorabuena también por el blog, soy lectora asidua 🙂

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