«Ni a lo largo de la sucesión de los eventos, ni reflexionando en el poyete de mármol a la salida de la sala, pude comprender las motivaciones de los personajes de Two for joy»
Two for joy es una historia sobre una pérdida, y sobre como una familia debe afrontarla; es, en definitiva, un drama como cualquier otro, pero construido de una manera peculiar y un tanto estrambótica.
Debo serles sincero: me costó mantener el hilo de la historia que Tom Beard quiere contarnos. No creo que se deba juzgar a Beard, que debuta con esta película, ni mi capacidad para entender el cine. Simplemente, recalcar lo mencionado con anterioridad: es un drama peculiar.
Si me lo permiten, trataré a esta película desde lo personal.
Cuando salí de la sala, pude percibir en mí un sentimiento de apatía hacia esta obra cinematográfica. Pude notar el mismo estado anímico que al entrar. Y cuando una película no me hace sentir, cuando no salgo del lugar con emociones diferentes a las que tenía cuando entré… se me dispara una alarma, mi sentido arácnido me avisa de que algo no va bien.
Ni a lo largo de la sucesión de los eventos, ni reflexionando en el poyete de mármol a la salida de la sala, pude comprender las motivaciones de los personajes. Mucho menos, sus acciones. La película era un continuo “pero, y esto… ¿por qué?”. En otras palabras, los personajes me parecieron vacuos, sin una razón por la que actuar, como meros autómatas dibujados a fuerza de brocha para que el filme funcione – cosa que, para mi gusto, no lo hace -.
Tenemos claro qué les sucede a nuestros personajes, pero es el porqué lo que nos quita el sueño. Estamos literalmente una hora observando a nuestros personajes sufrir y correr en círculos sin noción gnoseológica alguna, y observando desde nuestra butaca como hacen cosas. Para colmo, contemplamos ansiosos cómo sucede algo que parece interesante o que, al menos, puede tener alguna repercusión en el relato y… simplemente se desvanece en un susurro. También disfrutamos algún girillo argumental que pasa al olvido en cuestión de minutos.
El final de la historia no es consecuente con lo que han hecho los personajes a lo largo de la trama, ni con ninguna decisión que han tomado. En cuanto se cansan de sufrir dicen “venga va” y, de repente, resuelven sus problemas por arte de magia. Ojalá la vida funcionara así.
En cuanto a la parte técnica de la cinta, debo alabarla, me ha parecido brutal. La elección de los planos, la iluminación, el sonido, etcétera, trabajan conjuntamente para crear un ambiente hermoso y verosímil donde se mueven nuestros personajes. Sencillamente excelente. Gracias a ello, el balance final de Two for joy es positivo, me hizo pensar con creatividad e incluso aprender sobre ciertos factores.
No encuentro problema en el apartado técnico del filme – de hecho, lo alabo –, pero en cuanto a la dimensión dramático-narrativa de esta obra, no cuentes conmigo, Tom.
Sinopsis Los problemas de una familia salen a la luz durante su estancia en un pueblo costero.
País Reino Unido
Dirección Tom Beard
Guion Tom Beard
Música Rodaidh McDonald
Fotografía Tim Sidell
Reparto Samantha Morton, Billie Piper, Emilia Jones, Daniel Mays, Bella Ramsey, Grace Hogg-Robinson, David Elliot, Ibinabo Jack, Badger Skelton, Adam Young, Dana Haqjoo, Eva Fontaine, Savannah Acquah, Seychella
Género Drama
Duración 86 min.
Título original Two for Joy