‘Fraude (F for Fake)’, estrenada en 1973, es quizá la última gran obra de Orson Welles. Durante toda su carrera encontró grandes dificultades para encontrar financiación a sus proyectos, pero en su etapa final como director este problema se agravó. Tanto es así que emigró a Europa para realizar sus películas más postreras.
Con ‘Fraude‘, Welles encontró otra manera de hacer cine, por la cual veía reducida su necesidad de recursos económicos manteniendo el mismo nivel de ambición. Aquí, el director norteamericano utilizó material cinematográfico ajeno, concretamente fragmentos no utilizados en un documental de François Reichenbach (y algunas imágenes de otras obras), y los mezclaba con trozos de metraje rodados por él mismo.
Todo ello, con el fin de reconstruir la historia de Elmyr d’Hory y Clifford Irving, los dos falsificadores más famosos del siglo XX. A través de una narración caótica y muy ágil, Welles nos va descubriendo la personalidad de estos dos sujetos. Como ya hizo en otras ocasiones (‘Citizen Kane‘, ‘Touch of Evil‘) hace un retrato complejo de un personaje, en este caso dos, contradictorio y misterioso.
A medida que avanza la cinta, veremos como también realiza un autorretrato de sí mismo, figura muy acorde con estos adjetivos.
Como ya acostumbraban los films de Welles, ‘Fraude‘ fue un fracaso en taquilla. Sin embargo, el tiempo ha puesto a su película, una vez más, en el lugar que merece: la cumbre.