El mayor problema de Legado en los huesos es su incapacidad por ser memorable en ninguno de sus aspectos.
La trilogía del Baztán, la popular serie de novela negra escrita por Dolores Redondo, continúa su traslado a la gran pantalla con Legado en los huesos, una segunda entrega que vuelve a quedar a las puertas de la brillantez. El director Fernando González Molina y el guionista Luis Berdejo vuelven a ser responsables de una adaptación con pulso y conciencia, pero lejos del estiloso noir o el impactante thriller, géneros a los que pretende sin éxito.
No cabe duda de que el trabajo de alguien que ha dirigido Tres metros sobre el cielo (2010) y Tengo ganas de ti (2012), dos bombazos en taquilla, es algo a lo que estar muy atento. Años más tarde, Fernando González Molina intentó darle algo más de sentido a los balbuceos de Mario Casas sin camiseta en Palmeras en la nieve (2015), pero seguía sin tener el respeto total de la crítica profesional. Ahora, con la trilogía del Baztán, una adaptación como El guardián invisible (2017) parecía un terreno perfecto para lucirse de una vez por todas.
Casi nada de eso y aquello. La historia en pantalla de la inspectora Amaia Salazar va camino de ser enterrada antes de tiempo. Un legado, el de González y Berdejo a los mandos de esta ficción, en los huesos, nunca mejor dicho. Tiritando, la peli va de menos a más, después de un primer acto muy pesado y tras gastar una hora en anécdotas y aspectos detectivescos que a nadie le interesa, para intentar remontar en una segunda mitad que, no obstante, no alcanza los niveles de intriga y misticismo a los que debería llegar.
Tiritando, la peli va de menos a más, después de un primer acto muy pesado.
Este es, de hecho, el mayor problema de Legado en los huesos y sus relacionados: su incapacidad por ser memorable en ninguno de sus aspectos. La inundación del río Baztán vuelve a deslucir una posible ambientación tétrica de esa zona castiza de Navarra que, en mi opinión, debía ser un elemento fundamental tal y como lo era Elizondo en la obra literaria. Y la banda sonora sí suele ganar el pulso a la incesante y aburrida tormenta eléctrica, pero da la sensación de que faltan mejores planos, paisajes o primerísimos que transmitan mucho más.
En cuanto a las interpretaciones, siguen en una línea bastante irregular. Marta Etura vuelve a tener un mal protagonismo donde brillan más los secundarios; irónico, me gustan los que menos salen en pantalla: Imanol Arias, Ana Wagener y Susi Sánchez. Solo ellos tres parecen haber captado el entonado de una historia sobre brujería. Tampoco tiene que ser tan exagerado como aquellas de Zugarramurdi, pero con más entusiasmo técnico y coral todo habría dotado de algo más entretenido a una obra que, insisto, se aleja mucho del cine negro y sus variantes.
Sinopsis Ha pasado un año desde que Amaia Salazar resolviera los crímenes que aterrorizaron al valle del Baztán. Embarazada y decidida a dejar atrás lo vivido en Elizondo, la vida de la inspectora se ve de nuevo alterada por un suceso inesperado: el suicidio de varios presos que dejan una única palabra escrita en la pared de sus celdas, Tarttalo.
País España
Dirección Fernando González Molina
Guion Luiso Berdejo
Reparto Marta Etura, Leonardo Sbaraglia, Elvira Mínguez, Imanol Arias, Pedro Casablanc, Carlos Librado, Itziar Aizpuru, Colin McFarlane, Miquel Fernández, Francesc Orella, Benn Northover
Género Thriller
Título original Legado en los huesos
Estreno 05/12/2019