Con motivo del reciente estreno en plataformas de Seberg: más allá del cine, de Benedict Andrews, nos preguntamos acerca de las reivindicaciones artísticas y políticas de la Nouvelle Vague.
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Iconos de la Nouvelle Vague
La película Seberg: más allá del cine relata el viaje a Estados Unidos de la actriz Jean Seberg y, en especial, el acoso al que fue sometida por el Gobierno, debido a su apoyo a la lucha de las Panteras Negras. El filme ha servido, en primer lugar, para que Kristen Stewart pueda reivindicarse como la gran actriz que es, interpretando a la perfección a ese icono cinematográfico y, en parte, también político. A su vez, la obra nos muestra su vida después de participar en uno de los movimientos más importantes del cine, que no solo desarrolló un modo de comprender el séptimo arte, sino también de estudiarlo.
Como todos los creadores independientes, Godard ha sido víctima de ataques continuos y difamaciones en películas y documentales mediocres y oportunistas.
Esta reflexión por el arte en sí se mantiene hoy todavía en uno de aquellos cineastas de la Nouvelle Vague: Jean-Luc Godard (esencial en la carrera de Seberg). Como todos los creadores independientes, Godard ha sido víctima de ataques continuos y difamaciones en películas y documentales mediocres y oportunistas. Sin embargo, lo único que se ha podido probar es que prefiere vivir al margen de las cámaras de televisión, de los medios y, en general, de toda la basura que se produce hoy.
La aniquilación de cualquier pensamiento alternativo
Godard concibió el cine como un espacio de pensamiento, que adquiría su máxima expresión en la confrontación de imágenes al margen de la narración principal. Las dos obras donde mejor se puede ver este planteamiento son King Lear y El libro de imágenes, cumbre de ese estudio que durante años le ha obsesionado.
En su peculiar mirada a Shakespeare, Godard muestra en varios momentos fotografías, tanto a través de libros como insertadas directamente, provocando que el espectador, en vez de seguir una trama que no existe, comience a analizar aquello que ve directamente. Se olvide de estructuras comerciales y explore el gran arte audiovisual de forma pura, sin engaños, valorando la expresión artística por encima del entretenimiento.
Ese espionaje al que sometieron a Seberg, no solo no ha desaparecido, sino que se ha ampliado, afectando ahora a millones de personas y, lo que es peor, anulando cualquier pensamiento alternativo.
En cuanto a la otra obra citada, última hasta la fecha del cineasta que ha llegado hasta nuestras salas, el concepto se lleva al límite, presentando vídeos y famosas escenas filmadas anteriormente por diversos realizadores para crear una especie de historia de la mirada. Al fin y al cabo, toda historia se define a través de una o varias miradas; lo que hace Godard es construir su relato del mundo con una selección de estas.
Muy pocos pueden hacer hoy algo así, porque, si lo pensamos bien, esos micrófonos, ese espionaje al que sometieron a Seberg, no solo no han desaparecido, sino que se han ampliado, afectando ahora a millones de personas y, lo que es peor, anulando cualquier pensamiento alternativo. Esto no responde a ninguna absurda teoría de la conspiración, simplemente señala la esencia del consumismo, presente más que nunca en medios de comunicación, redes sociales y buscadores, que marcan lo que podemos leer, ver y pensar.
¿Dónde puedo ver estas películas?
Seberg: más allá del cine
El libro de imágenes