Películas donde la meteorología se robó el protagonismo

tormenta

Los fenómenos meteorológicos han acompañado al cine desde sus inicios. En efecto, muchas veces han pasado de ser el fondo de la trama a convertirse en verdaderos protagonistas en los cuales la audiencia concentra toda su atención. Muchas veces, son determinantes en lo que realizan los protagonistas.

Si bien es cierto que en la actualidad los efectos especiales pueden producir prácticamente cualquier evento climatológico, las películas clásicas tenían que filmarse en condiciones propicias para garantizar al público un mayor realismo. Por ejemplo, en las películas de thriller se necesita una tormenta, la oscuridad de la noche, truenos y relámpagos o una fuerte lluvia. Los fenómenos meteorológicos aportan a la trama el ambiente que necesita.

En la actualidad, algunos directores todavía emplean verdaderos fenómenos climáticos para dar el toque de realismo a las películas. Ya sea si se filma en un desierto con una elevada temperatura o en la nieve con varios grados bajo cero, continúan formando parte indispensable de las producciones. No obstante, deben calcular que el tiempo sea favorable.

Es cierto que el clima no se puede calcular con exactitud, pero los instrumentos meteorológicos brindan alcances para prever ciertos fenómenos. Y en la industria del cine, y en las actividades en general, han resultado de vital importancia. Los segmentos profesionales emplean el pluviómetro para calcular la cantidad de agua que cae en una zona, así como el higrómetro mide la cantidad de aire en el ambiente, lo cual resulta importante para saber las posibilidades de lluvia.

En tanto, hay otros aparatos de un uso más profesional. Por ejemplo, las estaciones meteorológicas miden la velocidad del viento, la nubosidad, la presión atmosférica, la radiación solar, entre otros. Además, estos aparatos se sincronizan con smartphones, tablets, laptops, etc. a través de conexión bluetooth y Wi-fi. De este modo, es posible preparar y programar alertas frente a cualquier fenómeno. Definitivamente, este tipo de dispositivos hubiesen marcado la diferencia en las producciones de cine tradicionales.


Premios al clima

El intenso calor está presente en un sinnúmero de películas, especialmente en aquellas que se desarrollan en el desierto. Por ejemplo, tenemos a Lawrence de Arabia (David Lean, 1962), película galardonada con siete Óscar. También tenemos a las películas del viejo oeste, como Centauros del desierto (John Ford, 1956). Otros filmes como Fuego en el cuerpo (Lawrence Kasdan, 1981) están ambientados en un clima de bochorno, lo cual beneficia a la trama de crímenes pasionales.

Hay películas cuya trama está ambientada en la lluvia y es imposible recordarlas sin esta característica. Tenemos Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen y Gene Kelly, 1952), donde se narra la historia de la estrella del cine mudo. De acuerdo con la producción, Kelly bailaba bajo una lluvia simple, la cual no estaba planeada en el guión original.

Otro ejemplo es el thriller Seven (David Fincher, 1995), ambientada en una ciudad “deprimente”, característica que se logró gracias a la lluvia presente en todos lados. La película quedó marcada por este hecho y por el “error” de quitarla en la escena final, grabada en un desierto.

Por otra parte, hay filmes que rinden homenaje al frío y a la nieve. En antaño se grabaron producciones en Rusia, las cuales generaron un fuerte impacto en el público. Tenemos a Stalingrado en sus dos adaptaciones (1993 y 2013), Los hermanos Karamazov (Richard Brooks, 1958); Guerra y Paz (King Vidor, 1956), entre otras.

Otra película muy recordada es Fargo (Joel Cohen, 1996), ganadora de dos Óscar, en la que el frío forma parte de los elementos más destacados. La trama se desarrolla en torno a una policía que se hace cargo de tres brutales asesinatos en un pueblo nevado que parece demasiado tranquilo.

Por último, podemos mencionar a Frankenstein (James Whale, 1931), película que tiene a la tormenta como un elemento de vital importancia. Solo este fenómeno climatológico es capaz de dar al monstruo la fuerza vital que necesita.

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