«Van Gogh, a las puertas de la eternidad es un digno homenaje al artista sufriente»
Del multifacético Julian Schnabel, esta vez como director, nos llega Van Gogh, a las puertas de la eternidad. Se trata de un biopic que comprende los últimos años de la vida del artista. Por ejemplo, vemos a Van Gogh en el sur de Francia, descubriendo la luz, su luz. Junto a él vemos a Paul Gaughin, de gran influencia personal, y al hermano querido, Theo Van Gogh. Se trata de un micro-cosmos incompleto, necesariamente incompleto. Encuentro a faltar a Helene Kröller-Müller, la mujer mecenas que fue la artífice de la recuperación y difusión de la obra de Van Gogh. Se trata de una figura capital. Sin embargo, y así lo entiendo, incorporar a Helene dentro del biopic hubiera derivado en algo más complejo, lo cual hubiera llevado al espectador a dispersiones poco convenientes. Y pues, ¿qué es lo conveniente en Van Gogh, a las puertas de la eternidad? Lo conveniente, aquello con lo que hemos de quedarnos, es el clima emocional en el que supuestamente vivió el pintor en los últimos años de su vida. Incorporar otro personaje más al cosmos del artista hubiese generado una distracción, pues Helene Kröller-Müller merecería una película específica sobre su persona y vida.
Aquello con lo que hemos de quedarnos es el clima emocional en el que supuestamente vivió el pintor en los últimos años de su vida.
El Van Gogh que Julian Schnabel nos presenta es un místico, un ermitaño, un buscador de lo de dentro y de lo de fuera. Y Willem Dafoe borda el papel, pues su apariencia física está más cerca de un místico que de Van Gogh, cuyos rasgos son más incisivos. Ello me lleva a pensar que Julian Schnabel no ha pretendido mostrarnos un biopic convencional. Es más, parece querernos decir Julian, pónganse en la perspectiva de ir más allá de la historia narrada. O lo que es lo mismo: prepárense para penetrar en el drama de Vincent, más allá de algunas cosas que ahora les comentaré.
La película es un digno homenaje al artista sufriente. Sin embargo, como película Van Gogh, a las puertas de la eternidad tiene alguna arista que me gustaría comentarles. En concreto, la edad del actor principal, Willem Dafoe, que pasa de largo los más 60 años, se ve haciendo un papel que corresponde a alguien, Van Gogh, con el que hay una diferencia de casi 25. Esto se ve a las claras en las escenas en las que Theo (encarnado por Rupert Friend) está junto a Vincent. Ahí los ves juntos, como hermanos, pero, si no supiésemos de qué va la película, pensaríamos que se trata de un padre y de un hijo. Este detalle, al igual que el anteriormente referido a la figura de Helene Kröller-Müller, se puede pasar por alto, pues intuyo que la pretensión de Julian Schnabel es que nos pongamos en la piel del artista. Y a fe mía que lo ha conseguido.
Les aconsejo que no se pierdan el documental Van Gogh de los campos de trigo bajo el cielo nublado. ¡Resulta el perfecto complemento a esta película!
Y, si me lo permiten, les aconsejo que no se pierdan el documental sobre la figura de Van Gogh, que sí dedica atención a Helene Kröller-Müller. El documental – Van Gogh de los campos de trigo bajo el cielo nublado –está narrado por la actriz Valeria Bruni Tedeschi… ¡y resulta el perfecto complemento para el visionado de Van Gogh, a las puertas de la eternidad!
Sinopsis Van Gogh se mudó en 1886 a Francia, donde vivió un tiempo conociendo a miembros de la vanguardia como Paul Gauguin.
País Reino Unido
Dirección Julian Schnabel
Guion Jean-Claude Carrière, Julian Schnabel y Louise Kugelberg
Música Tatiana Lisovkaia
Fotografía Benoît Delhomme
Reparto Willem Dafoe, Rupert Friend, Oscar Isaac, Mads Mikkelsen, Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner, Niels Arestrup, Anne Consigny
Género Drama
Duración 106 min.
Título original At Eternity’s Gate
Estreno 01/03/2019