Esta película no pretende educar, sino mostrar las variadas experiencias que se viven en África. Señalando la posición tan vulnerable que sufren niños y adolescentes.
Según contó el director, Salvador Calvo, la idea de crear esta película surgió durante el rodaje de 1898: Los últimos de Filipinas (2016), al conocer las historias de diferentes niños que se encontraban allí, en un centro CEAR –de ayuda al refugiado-. En aquella película trabajaban Luis Tosar y Álvaro Cervantes, que decidieron actuar también en este proyecto al escuchar a Calvo.
Adú pone el foco en la experiencia de estos menores no acompañados. La excusa para que el público acuda a ver la película serán Luis Tosar y Ana Castillo, pero saldrán afectados por la dolorosa historia de Adú, su hermana y su amigo. Un viaje que realizan millones de migrantes cada año, buscando un futuro mejor en Europa.
Es una película necesaria, viendo los sucesos recientes y los debates que se crean en torno a un drama tan actual.
El filme supone el debut del joven Moustapha Oumarou, cuyo personaje está basado en la historia de un un niño que cayó en las redes de tráfico de órganos y ahora se encuentra en un orfanato en París. Otra vivencia que impactó a Calvo es la de un joven somalí de 14 años que fue abusado sexualmente por un señor de la guerra y decidió huir del país.
Esta película no pretende educar, sino mostrar las variadas experiencias que se viven en el continente. Señalando la posición tan vulnerable que sufren niños y adolescentes. Frente a estas historias tan duras se expone el viaje inverso de dos españoles: un activista que protege a los elefantes (Tosar) y su hija (Castillo), que tiene adicción a las drogas.
Adú también cuenta las vivencias de los guardia civiles que patrullan la valla de Melilla, mostrando que todas las historias tienen dos versiones. No una buena y otra mala, alejándose de la moralina. Esta trama presenta la mayor parte de escenas de acción y controversia de la película. Es Álvaro Cervantes quien defiende el uniforme y se enfrenta en los tribunales al personaje de Ana Wagener.
Es de interés el montaje de las tres tramas, que no se entremezclan, pero llegan a encontrarse en momentos puntuales. Quizás es el personaje de Castillo el que menos desarrollo tiene, aunque presenta un momento lacrimoso hacia el desenlace. Tosar se desenvuelve en un figura centrada en su trabajo y no en los seres humanos que habitan los países donde trabaja, quien tampoco tiene mayor evolución.
El gran protagonista es Adú, obligado a abandonar su hogar, no desiste en su objetivo y sufre un desarraigo de todo su mundo. Es una película necesaria, viendo los sucesos recientes y los debates que se crean en torno a un drama tan actual. Aunque la protección de la infancia nunca debería ser objeto de debate. La producción ha sido apoyada por Mediaset; y rodada en varios escenarios: Benin, Melilla, Marruecos, Murcia y Madrid. Esta historia recuerda en trama y paisajes a la española El cuaderno de Sara (2018), que tenía como protagonista a Belén Rueda y tampoco presentaba soluciones ni aprendizaje, solo vivencias. E incluso a Diamantes de sangre (2006), con Leonardo Di Caprio a la cabeza del reparto.
Sinopsis En un intento desesperado por alcanzar Europa y agazapados ante una pista de aterrizaje en Camerún, un niño de seis años y su hermana mayor esperan para colarse en las bodegas de un avión. No demasiado lejos, un activista medioambiental contempla la terrible imagen de un elefante, muerto y sin colmillos. No solo tiene que luchar contra la caza furtiva, sino que también tendrá que reencontrarse con los problemas de su hija recién llegada de España.
País España
Dirección Salvador Calvo
Guion Alejandro Hernández
Fotografía Sergi Vilanova
Reparto Luis Tosar, Anna Castillo, Álvaro Cervantes, Jesús Carroza, Miquel Fernández, Ana Wagener, Nora Navas, Marta Calvó, Josean Bengoetxea, Jose María Chumo, Candela Cruz, Moustapha Oumarou, Rubén Miralles, Zayiddiya Dissou
Género Drama
Duración 119 min.
Título original Adú
Estreno 31/01/2020
