Alita: Ángel de combate (2019) de Robert Rodriguez – Crítica

«Espectáculo técnico, en el que queda constancia del cariño hacia la obra en la que se basa, creando una película verdaderamente entretenida y emocionante»

El Cyberpunk está de moda. Hace algo más de un año se estrenó la adaptación americana del manga de culto Ghost in the Shell. Poco después, Villeneuve estrenaba la esperada secuela de Blade Runner, gozando de un gran éxito de taquilla y crítica.

Alita: Ángel de combate viene de un guion que escribió el propio James Cameron, basado en el manga de Yukito Kishiro. Un guion que llevaba queriendo rodar desde 1999, cuando Guillermo del Toro le presentó al director el manga. Debido a la intensa y duradera preparación de su proyecto Avatar, Cameron no tuvo el tiempo necesario para llevar su guion a la pantalla, y no fue hasta 2015 cuando Robert Rodríguez entró en el proyecto, entusiasmado por la historia y el mundo que se reflejaba en las 180 páginas que le presentó el famoso director canadiense.

Alita: Ángel de combate se construye con la misma tecnología utilizada en Avatar. Por tanto, al igual que esta, es verdaderamente recomendable visualizar esta película en 3D, pues es una obra que se ha construido y ha sido concebida para aprovechar al máximo esta tecnología, consiguiendo integrar al espectador en su mundo postapocalíptico, donde se entremezcla la tecnología más avanzada con la podredumbre que asola gran parte de la ciudad de Iron City. Partiendo de la premisa de presentarnos un mundo donde los ricos y afortunados tienen la oportunidad de vivir en una ciudad idílica construida en el cielo, y el resto en los suburbios, recordando mucho a la película Elysium de Neill Blomkamp.

Alita: Ángel de combate se construye con la misma tecnología utilizada en Avatar. Por tanto, al igual que esta, es verdaderamente recomendable visualizar esta película en 3D.

Si hay algo por lo que destaca Alita: Ángel de Combate es por ser un auténtico espectáculo y un verdadero portento visual, luce como un videojuego estrenado dentro de 30 años. El personaje principal está construido mediante la técnica del Motion Capture y resulta increíble la expresividad que transmite, desde sus ojos, pasando por el resto de sus rasgos faciales, hasta sus movimientos corporales. Es un personaje que capta la atención del espectador desde su primer plano, gracias a su construcción, ya no solo digital, si no también por su actitud y, por supuesto, las espectaculares luchas contra sus enemigos, perfectamente coreografiadas y dirigidas.

Esta película deja bien claro que se trata de una primera entrega de una saga. Por tanto, se toma su tiempo en presentar a los diversos personajes que integran la película. Hablamos de una historia de origen, donde no se desvelan ciertas incógnitas y se apuesta por una conclusión abierta que nos deja con ganas de más.

En las dos horas que dura el metraje, Alita: Ángel de Combate no se resiente y resulta muy amena y entretenida. Y aunque su narrativa acaba cayendo en los convencionalismos típicos de la mayoría de películas de superhéroes, hay una gran carga emotiva y personal en cada uno de los personajes y una exquisita realización que hace que la película resulte muy placentera audiovisualmente, y, sobre todo, muy emocionante.

Se consigue generar una gran empatía entre el personaje principal y el espectador. Alita es un personaje que mola y Robert Rodríguez lo sabe.

A destacar el apartado sonoro, que incrementa la veracidad de este mundo sacado del futuro, acompañado por una BSO electrónica que capta perfectamente el espíritu de la película.

En Alita: Ángel de Combate hay adrenalina, romance, acción, espectacularidad, momentos íntimos, algo de humor (muy leve) y hasta algo de violencia (el estilo Rodríguez se plasma en ciertas escenas, pero no os esperéis a este director desatado…), pero sobre todo hay un respeto por la obra original. Realmente se siente por primera vez como un producto americano que respeta el lenguaje oriental del anime y que otras películas no consiguieron plasmar, como Ghost in The Shell (2017).

Se consigue generar una gran empatía entre el personaje principal y el espectador. Alita es un personaje que mola y Robert Rodríguez lo sabe. Es por eso que aprovecha el potencial y carisma del personaje para darnos momentos de auténtico lucimiento técnico. Probablemente estemos hablando del mejor trabajo del director desde la primera Sin City.

Alita: Ángel de Combate supone uno de los mejores blockbusters que vamos a tener este año. Si le perdonamos su narrativa, algo simplista en ocasiones y dejando algunos cabos sueltos para futuras secuelas, nos encontramos ante una película con personajes bien construidos, pero ante todo ante un espectáculo técnico, que aunque no suponga la revolución que supuso Avatar, queda constancia que ha habido mucho trabajo, esfuerzo y lo más importante, cariño hacia la obra en la que se basa, creando una película verdaderamente entretenida y emocionante de principio a fin.

¡No os la perdáis!


Sinopsis Cuando Alita se despierta sin recordar quién es en un mundo futuro que no reconoce, Ido, un médico compasivo, se da cuenta de que en algún lugar de ese caparazón de cyborg abandonado, está el corazón y alma de una mujer joven con un pasado extraordinario.
País Estados Unidos
Dirección Robert Rodriguez
Guion James Cameron, Laeta Kalogridis, Robert Rodriguez
Música Junkie XL
Fotografía Bill Pope
Reparto Rosa Salazar, Christoph Waltz, Jennifer Connelly, Jackie Earle Haley, Ed Skrein, Mahershala Ali, Lana Condor, Keean Johnson, Michelle Rodriguez, Jorge Lendeborg Jr., Eiza González
Género Ciencia ficción
Duración 121 min.
Título original Alita, Battle Angel
Estreno 15/02/2019

Calificación7
7

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Ricardo Pérez

Tras haber estudiado Producción de Cine, Radio y Espectáculos y la Carrera de Violín, decidió especializarse en el mundo del cine. Estudió Dirección Cinematográfica en el Instituto del Cine de Madrid. Ha ejercido las funciones de Director, Productor, Montador y guionista. Amante de la música y cinéfilo por naturaleza.

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