El pescador es un cortometraje de Ana Alpízar, que llegó a Sundance

«Existen muchas trabas gubernamentales en Cuba que impiden que el cine independiente se desarrolle»

A Ana Alpízar la conocí en persona hace muy poco tiempo, por unos buenos amigos que tenemos en común. Sin embargo, desde mucho antes, ya su nombre resonaba en mis redes sociales porque Ana no se para ni un segundo en su quehacer cinematográfico. Un día nos tomábamos un té junto a mi ventana, cuando ella todavía vivía en Miami, y yo decidí que tenía que hacerle esta entrevista, para que me contara sobre ese proyecto que la llevó a ella y su equipo a participar en el Festival Internacional de Cine de Sundance.

Se trata de El Pescador, un cortometraje de 15min de duración, sobre un humilde pescador cubano que está teniendo un duro invierno en mar abierto. Por el bien de su familia y contra todo pronóstico, necesita capturar un pez esa misma noche en que transcurre la historia.

– ¿Qué te inspiró a escribir una historia como El Pescador?

Siempre me han interesado las historias que tienen que ver con la familia y en particular con las relaciones paterno – filiales. Mi padre es un pescador de la Habana, y mi infancia, durante la dura época del Período Especial en Cuba, estuvo determinada por la “suerte” de una buena pesca. Yo no era capaz de entender todo el sacrificio que había detrás de esa “suerte”. Este corto estuvo movido por la necesidad de hacer un homenaje a ese sacrificio.

– ¿Cuánto de Ana Alpízar hay en este cortometraje?

Demasiado. La única diferencia es que, si Ana niña tuviera que cantar “Brillen, brillen, estrellitas…” el cine lloraría.

– En este corto, pareciera que los actores no son actores, sino los mismos personajes. ¿Cómo fue el proceso de selección de casting y cómo fue el trabajo con ellos para lograr esta veracidad tan auténtica?

La mayoría de los personajes están interpretados por no actores. Yaité Ruiz, que interpreta a la esposa, es la única excepción. El proceso de encontrar al Pescador fue bastante largo y complicado. Fui por todas las bases de pesca de La Habana haciendo casting, pero la verdad es que recibí todo el apoyo del equipo en general. A la niña, después de pasar por los grupos de teatro de La Habana sin encontrarla, la hallé en la misma locación. Con ambos tuve un proceso de entrenamiento y ensayos bastante largos, en el que Yaité Ruiz, al ser la única actriz profesional, fue una pieza clave. Ella les dio la confianza que necesitaban, porque el resto ya lo tenían: ellos eran los personajes.

– A pesar de los conocidos problemas en Cuba con el tema del internet, el cortometraje tuvo alcance internacional con una gran acogida por parte de la crítica especializada de todo el mundo. Cuéntame un poco sobre el proceso de distribución tanto nacional como internacional del corto.

El pescador es un corto producido por el colectivo Fila20 Filmes, del que formo parte hace alrededor de 8 años. Aunque cuando produje El Pescador aun yo vivía en Cuba, nuestra compañía ya radicaba en NY, por lo que la distribución no supuso un gran problema.

– ¿Crees que el cine independiente cubano está en un buen momento?

Hay muchos jóvenes haciendo trabajos muy interesantes. Pero también muchas trabas gubernamentales que impiden que el cine independiente se desarrolle. No puede estar en un buen momento porque no tiene la infraestructura para existir plenamente.

– ¿Cuáles son los mayores retos que enfrenta un cineasta independiente cubano en estos momentos?

Al menos lo que más yo he sufrido en Cuba, es el tema de la gestión de los permisos de filmación. Para El Pescador nunca llegaron. Todo el rodaje lo hicimos sin permisos. Uno de los fotógrafos, que era un estudiante de la EICTV de Puerto Rico, nunca pudo montarse en el bote porque, según alguna ley “un extranjero no puede estar en el mismo bote que un cubano”. Cosas absurdas y sin sentido. Por otra parte, la carencia de recursos es horrible, pero más horrible es la falta de sentido común del Gobierno. Al menos cuando yo vivía en Cuba, los cineastas independientes prácticamente no existían en términos legales, y no tenías posibilidades de reclamar nada.

– ¿Cómo se siente una cubana en el Festival Internacional de Cine de Sundance?

Fue una excelente experiencia. Sundance es un festival increíble que te abre las puertas a un montón de oportunidades. Como se dice en buen cubano: es chocar con la concreta.

– ¿Cuáles son los próximos proyectos en los que está trabajando Ana Alpízar?

Acabo de terminar un proyecto que amo con todas las fuerzas de mi corazón llamado “Hapi Birdey Yusimi in yur dey”. Así, escrito en spanglish. Fue un corto que filmé durante el año que estuve viviendo en Miami y cuenta la historia de Yusimí, una cubana que vive en Miami y que no sabe cómo escapar de los prejuicios de la sociedad machista que la rodea.

– ¿Qué tipos de trabajo le interesa continuar desarrollando a Ana Alpízar? ¿Qué mas podemos esperar de ti?

Me interesa mucho el trabajo con no actores. Hapi Birdey Yusimi fue un proyecto donde seguí esa línea. También siempre parto de historias o contextos que están muy vinculado con mi experiencia personal de vida. Esas y la hibridación entre ficción y documental creo que continuarán siendo las directrices principales de mi trabajo.