La trinchera infinita (2019) – Crítica

Lo más destacable de La Trinchera Infinita es la sordidez, la verosimilitud, la puesta en escena, la historia contada. Ahí vemos el paso del tiempo afectando al aspecto físico y mental del personaje: gran trabajo el de Antonio de la Torre.

Del director de esta película, Jon Garaño, nacido en 1974, habíamos visto Handia, que nos dejó un buen sabor. Pues bien, ahora nos llega La Trinchera Infinita, cuya acción transcurre durante la Guerra Civil española y la posguerra, y así hasta 1969. ¿Y por qué 1969? A continuación lo explico.

Películas sobre la Guerra Civil hay muchas, todas necesarias. Un ejemplo de sus circunstancias iniciales, la tenemos en la muy reciente Mientras dure la Guerra, de Alejandro Amenábar, que está en cartelera. Pero La Trinchera Infinita nos habla de lo que ocurre en la esfera privada durante un largo lapso de tiempo, como acabo de indicar en el párrafo anterior. La Trinchera Infinita cuenta la historia de una familia, en un contexto de pueblo pequeño, en el que vemos cómo el cainismo patrio actúa a escala local. Centrémonos en la pareja protagonista, encarnada por Belén Cuesta y Antonio de la Torre, ambos espléndidos, ambos sacrificando su cuerpo, especialmente Antonio, para que la acción resulte veraz. Y a fe que lo consiguen todos: actores, actrices, director, guionistas y todo el equipo.

La película nos permite percibir en Jon Garaño lo buen director que es. Y aún lo será más según vaya avanzando su carrera futura.

A lo que iba: La Trinchera Infinita cuenta cómo el personaje de Antonio, para quedar a salvo de la sordidez de las circunstancias y salvar la vida, debe permanecer encerrado en un zulo practicado en su propia casa. O lo que es lo mismo: de la sordidez exterior al aislamiento interior, igualmente sórdido. El caso es que el personaje que encarna al padre de familia intenta vivir en tan estrecha cotidianidad. Y ahí le vemos, con su mujer protegiendo el secreto y gestionando las apariencias, intentando encajar en la estrechez. En el pueblo, un pro-cacique le tiene puesto el ojo. Sin embargo, el personaje encarnado por Antonio de la Torre consigue no dejarse ver ante los vecinos durante años, todo y habitando en su propia casa, invisible en el zulo.

Lo más destacable de La Trinchera Infinita es la sordidez, la verosimilitud, la puesta en escena, la historia contada. Ahí vemos el paso del tiempo afectando al aspecto físico y mental del personaje: gran trabajo el de Antonio de la Torre, por el aumento de peso y el envejecimiento progresivo a que se ve sometido. Todo un sacrificio. Junto al suyo, el trabajo de Belén Cuesta resulta impagable. Y ambos dos, hablando en un andaluz cerrado. Trabajo arduo para ellos, y para el espectador poco acostumbrado a tal acento.

Les decía que la acción concluye en 1969, fecha en que se decreta la amnistía para los delitos derivados de la pertenencia al bando perdedor. Y no les cuento más, para mantener la sorpresa final. Qué digo final, toda la película es una sorpresa que nos permite percibir en Jon Garaño lo buen director que es. Y aún lo será más según vaya avanzando su carrera futura.

Y si algo se le puede reprochar a la película es que es desproporcionalmente larga, lo cual no desmerece de la bondad que transmite.


Sinopsis Higinio y Rosa llevan pocos meses casados cuando estalla la Guerra Civil, y la vida de él pasa a estar seriamente amenazada. Con ayuda de su mujer, decidirá utilizar un agujero cavado en su propia casa como escondite provisional. El miedo a las posibles represalias, así como el amor que sienten el uno por el otro, les condenará a un encierro que se prolongará durante más de 30 años.
País España
Dirección Jon Garaño, Aitor Arregi, José Mari Goenaga
Guion Luiso Berdejo, José Mari Goenaga
Música Pascal Gaigne
Fotografía Javier Agirre Erauso
Reparto Antonio de la Torre, Belén Cuesta, Vicente Vergara, José Manuel Poga, Emilio Palacios, José María del Castillo, Carlos Bernardino
Género Drama
Duración 147 min.
Título original La trinchera infinita
Estreno 31/10/2019

Calificación7
7

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Jesús Gabriel Gutiérrez

Mentor literario. Escritor. Filósofo. Prospectivista y astrólogo. Me interesa la historia y el hilo que sale de ella y nos conecta con el futuro.

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