Analítica de Al servicio de las damas (1936), de Gregory La Cava.
Este filme de 1936 parece que rejuvenece con el paso del tiempo. Gregory La Cava consiguió poner en la pantalla una de las reinas de las comedias cinematográficas, tanto por sus inteligentes diálogos como por lo absurdo de su trama. Al servicio de las damas es también una crítica brutal dirigida a la clase alta. Godfrey se convierte en un ejemplo de buen mayordomo que cuida a sus amos, pero también que observa de que manera se comporta la gente pudiente. Así el director hace una operación para analizar los arquetipos sociales que nos rodean.
Gregory La Cava convierte a Godfrey en uno de los héroes modernos que inundan la pantalla grande. Este mayordomo influye tanto en los personajes secundarios que acaba salvándoles de la ruina; con este gesto pasa de ser de un simple trabajador en una casa rica a protagonizar un milagro.
Godfrey nos enseña que somos personas y que no importa de donde vengas. Vemos que tiene muchas ramificaciones filosóficas e irónicas, pero no pierde su educación, se hace querer por los dueños de la casa y la gente que le rodea, dando pie a pensar que igual puede pasar como uno de ellos. Pero nada más empezar la película se nos presenta al personaje en un vertedero rodeado de vagabundos; entonces, ¿cuál es el verdadero Godfrey? Y… ¿Cómo un hombre con modales de caballero ha llegado a la indigencia?
¿Se puede ver al mayordomo Godfrey en arquetipos presentes?
Aquí nos encontramos al mayordomo perfecto… Perfecto en su lenguaje, perfecto en sus formas y comedido en sus pensamientos. Godfrey puede ser, y de hecho es, un trabajador que va más allá, pero si analizamos de donde sale este personaje que nos descubre ciertas sorpresas hace que Al servicio de las damas sea una obra imperecedera.
Al poco del comienzo se nos presenta el personaje principal metido dentro de un status que aparentemente no es el suyo, pero tampoco nos dejemos engañar por lo que parece ser; Godfrey, desde el minuto uno, se le plantea el reto de educar emocionalmente a una familia pudiente. Se encuentra al padre, a la madre, a las dos hijas y a un protegido de la madre, que es un caradura. Aquí, viendo a los arquetipos pensamos que estos pueden ser eternos; tenemos por un lado el mayordomo leal y consecuente y en el otro extremo esta el aprovechado que vive de los señores de la casa.
Hoy, desgraciadamente todavía, el dinero nos vuelve idiotas. Es necesario pensar en él y en todas las riquezas que nos puede dar, pero el dinero no te hace más inteligente. Godfrey intenta abrir los ojos a otras personas convirtiéndose en un salvador espiritual.
¿El mayordomo Godfrey tiene un objetivo real dentro de la realidad?
Dentro de la vida real hay algunos Godfrey, pero todavía no son suficientes para hacer tambalear al mundo. Porque en nuestra realidad no estamos preparados para conocer a este mayordomo, tal vez por un egoísmo que no deja títere con cabeza. Así vemos a nuestro Godfrey dentro de la estupidez y la mediocridad de una clase social a la que no deja de observar con lupa.
Al avanzar el metraje de Al servicio de las damas, vemos que los diálogos se tornan más picantes, más reales y, al final, observamos que el guión trata de ser un personaje más dentro de esa fauna interpretativa que pocas veces se repite en nuestra historia cinematográfica, porque tal vez Godfrey pueda saltar de la pantalla para verse a sí mismo.
Pero Al servicio de las damas sigue siendo una de las críticas más mordaces que se han hecho a la clase alta: son niños jugando a unos juegos de niños para pasar el rato, pero dentro de esa diversión hay unas caricaturas que no dejan de diferenciarse entre sí provocando unas situaciones que traspasan lo cómico para convertirse en una master class de lo absurdo. Pero, ¿por qué está comedía y no otra?… ¿Qué sigue teniendo de original Al servicio de las damas?
Esta película se estrenó en 1936 en blanco y negro. Pertenece a ese Hollywood dorado que prácticamente era la fuga de escape de una sociedad que necesitaba escaparse de la confusión propia de su tiempo. Si nos fijamos en los hechos históricos, vemos que era la primera época de cambio que tuvimos en el siglo pasado. En ese clima de despiste, hubo algunos directores que apostaron por ayudar a la gente para que huyese de una locura en bucle. Uno de esos directores de cine fue Gregory La Cava, que hoy no es muy conocido pero en su día fue un soplo de frescura para el cine.
¿Por qué el mayordomo Godfrey sigue siendo moderno en pleno siglo XXI?
Los personajes que tienen alma son inmortales, aunque no sean tan conocidos. Esto le pasa al mayordomo Godfrey y su intento desesperado por intentar salvar de la ruina a sus amos. Pero dentro de esa misión existen muchas ramificaciones que le hacen superar la eternidad una y otra vez.
En los oscuros años de la gran depresión norteamericana Godfrey (William Powell), un vagabundo que vive en el barrio Neoyorquino de East River, se ve envuelto en un juego de gente rica. Allí conoce a la familia Bullock, que lo contrata de mayordomo para que se ocupe de su gran casa; una de las hijas Irene (Carole Lombard) se enamora de él, causándole muchas desdichas y situaciones humorísticas. Pero nada es lo que parece. Al final, Irene consigue que la acepte y el fiel mayordomo Godfrey se hace respetar en la alta sociedad. En resumen, es una comedia social con un final feliz que deja al espectador con ganas de más.
Godfrey consigue llenar la gran pantalla con la riqueza de sus gestos y sus ingeniosas soluciones a graves problemas; en los noventa y cuatro minutos de duración es imposible bostezar.
Pero, ¿puede entrar este personaje dentro de nuestra vida moderna? Yo creo que el personaje que consiguió crear William Powell puede adaptarse a todas las épocas y a todas las profesiones. Del mayordomo Godfrey se puede conseguir que este en la memoria del buen cinéfilo y que los intérpretes actuales lo tengan de ejemplo para actuar. Pero para interpretar este papel necesitas que te llene el personaje, y eso es muy difícil de conseguir si no eres un simple espectador.
Al servicio de las damas, a parte de ser una lección histórica, también puede ser una clase de interpretación para las escuelas de teatro. No hay más que ver las intensas interpretaciones que nos ofrecen sus dos protagonistas y el ocurrente y original dialogo de cómo salir de sus enredos.
En conclusión…
La ironía de este filme es muy inteligente y simple: ¿Una persona con posibles se debe de comportar como los histriónicos personajes de esta maravillosa película, o sólo es una caricatura del dinero? A lo largo de nuestra vida siempre ha habido gente que ha hecho dinero y no se ha sabido comportar dentro de la sociedad. Este es un tema peliagudo y de absoluta actualidad. Pasaba lo mismo cuando se estreno esta comedia. Gregory La Cava supo darle la vuelta a la tortilla y no sólo una vez… Mil veces… Y mientras el guión y el rodaje de esta comedia se construían, en nuestro mundo se produjo un cambio; digamos que el propio mundo hizo de la ironía su seña de identidad.
Pero la gente tardó en ver este cambio; había nuevos peligros, nuevas mentalidades… Un colapso humano. Y la gente perdió el sentido común, porque era muy importante que las clases sociales tuviesen un hueco pero sin invadir un territorio ya conquistado. Hubo un momento que la gente dejo de ser gente para ser sólo máquinas que sólo sabían hacer lo que hacen las máquinas. Con este clima tan irónico, Al servicio de las damas fue un soplo de aire fresco. Por fin había un medio que utilizaba una comedía inteligente para comprender una sociedad robotizada que esperaba una gran guerra que iba a golpear nuestro irónico mundo.