Nunca es demasiado tarde (2013) – Crítica

Nunca es demasiado tarde

Una invitación a la vida, a dejar los miedos a un lado y a probar nuevas experiencias. Esto es ‘Nunca es demasiado tarde’, la segunda película del escritor, productor y director de cine, Uberto Pasolini. Un drama que nos cautivará por su sencillez, una historia conmovedora que nos hará reflexionar sobre el tiempo, la familia y sobre nuestra propia existencia. La prueba indiscutible de que mientras haya vida, existen oportunidades para llegar a ser la persona que siempre deseamos.

Pasolini nos presenta a John May, un metódico y solitario empleado del ayuntamiento de Londres, cuyo trabajo es localizar a los familiares de las personas que acaban de morir. Un hombre generoso, lleno de vida, que disfruta de su trabajo, acompañando en su último adiós a aquellos que mueren en soledad. En muchas ocasiones, el único eslabón entre el difunto y el mundo de los vivos. Un ser humano excepcional, que nos llenará de ternura, encarnado por el conocido y querido actor británico Eddie Marsan, cuya interpretación va más allá de las palabras.

Una historia interesante que nos acerca al abandono social que muchas personas sufren, que mueren solas y olvidadas en sus casas sin que a nadie le preocupe. Un duro golpe de realidad que nos remueve la conciencia, a la vez que nos ayuda a valorar la importancia del trabajo de estas personas. Una cinta contra el orgullo personal que nos enseñará a ser más humanos y menos egoístas. Todo esto desde la perspectiva de nuestro protagonista principal, cuyo carácter irá desvelando pequeños matices sutiles y significativos.

Un proyecto cinematográfico con planos estáticos cargados de información. La cámara se sitúa frente al personaje, intentando empatizar con él y comprender mejor así su forma de ver el mundo. Un mundo que cambia cuando John May conoce a Kelly Stoke (Joanne Froggatt), una mujer que provocará un cambio de actitud en John, y también en la composición de los planos. Un toque de alegría que iluminará la película y nos llenará de entusiasmo.

El productor de ‘Nunca es demasiado tarde’ es el mismo que produjo ‘Full Monty’, y las similitudes entre ambas no son pocas. Se trata de un cine social preocupado, casi desgarrado, pero con abundantes elementos cómicos.

La música está compuesta por la británica Rachel Portman, la primera mujer en lograr el Oscar a la mejor banda sonora. Fue por ‘Emma’ en 1996. Actualmente, es la pareja de Uberto Pasolini, y su trabajo en este film aporta serenidad, belleza y optimismo.

En resumen, una película con un objetivo: enseñarnos a sentir, a vivir, a decir las cosas buenas que pensamos sin miedo a equivocarnos. Un mensaje de esperanza, compromiso y positividad, que nos anima a seguir mientras todavía haya vida.

Nunca es demasiado tarde

Sinopsis John May es un solitario empleado del ayuntamiento encargado de encontrar a los parientes más cercanos de las personas que acaban de morir.
País Reino Unido
Director Uberto Pasolini
Guión Uberto Pasolini
Música Rachel Portman
Fotografía Stefano Falivene
Reparto Eddie Marsan, Joanne Froggatt, Karen Drury, Andrew Buchan, Neil D’Souza, David Shaw Parker, Michael Elkin
Productora Coproducción Reino Unido-Italia; Redwave Films / Embargo Films
Duración 92 min.
Género Comedia
Título original Still Life
Estreno 21/11/2014

Trailer

Calificación7
7

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Toñi González

Periodista de vocación, amante de la literatura, de la buena música y apasionada de la fotografía. De mente despierta y creativa, a la que le gusta viajar y el chocolate. Un boli Bic con mucha tinta que gastar y muchas historias que contar.

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