Crítica por capítulos:
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‘Black Mirror‘ plantea mundos distópicos en cada uno de sus capítulos. En ellos, las diversas problemáticas de la existencia se ven cuestionadas por el poder de la tecnología. ¿En qué momento ésta deja de ser el resultado de la evolución y el desarrollo de la sociedad, y pasa a destruir nuestra relación con la naturaleza humana?
Hasta el momento la serie abarca siete capítulos autoconclusivos, en los que a través de una experiencia humana situada en un mundo utópico, se hace una crítica a diferentes aspectos de la sociedad.
La mayoría de los personajes ven como su vida se convierte en un infierno cuando se sitúa en un contexto dominado por la tecnología. Se tratan desde temas relacionados con las relaciones interpersonales: amor, infidelidad, pérdida, olvido, soledad, traición, muerte; hasta materias políticas: poder, dominación, autoridad, justicia o castigo.
De manera sutil y bastante conseguida, ‘Black Mirror‘ nos lanza mensajes que fomentan la reflexión sobre cualquiera de los temas mencionados. Todos ellos enmascarados en unos personajes y una trama que mantiene al espectador en constante tensión. La serie presenta un mundo en el que los avances tecnológicos invaden la existencia humana a todos los niveles, y convierte la eterna frase darwiniana, ‘adaptarse o morir’, en la ley que regula a la sociedad y las personas. Solo triunfarán las mentes capaces de usar la tecnología como una herramienta de poder, y fracasarán (y probablemente morirán) aquellos que consideran la tecnología un mero elemento cotidiano.
‘Black Mirror‘ identifica nuestros rasgos más primitivos, y los pone a luchar cara a cara con los avances tecnológicos.
Todo lo que la serie pone en tela de juicio me lleva a reflexionar sobre la capacidad del audiovisual para transmitir ideas, críticas, hipótesis, planteamientos. ‘Black Mirror‘ cuenta historias, pero tiene la capacidad de ir más allá de ellas. Sin duda, esta habilidad alza a la serie a la categoría de obra maestra.
