«Con tintes de denuncia social, La piel fría acerca a las pantallas la tediosa crueldad del ser humano, y su impetuoso afán por dominar o destruir lo desconocido»
Hola, ¿te gustaría jugar a un juego? Te propongo que cierres los ojos e imagines que estás en tu casa, en la terraza o el jardín, puede que en tu cocina o incluso en el baño. Imagina la luz y el olor, pero sobre todo quédate con el sonido, porque cambiará pronto. ¿Tienes esa imagen? Bien, ahora escucha un fuerte golpe y el sonido de la puerta cayendo al suelo hecha pedazos. Para, porque ya han entrado y no hay nada que puedas hacer para defenderte. ¿Qué de qué te estoy hablando? De una invasión, de miedo y odio, de guerra, y en el peor de los casos, de genocidio.
Cold Skin o La piel fría (2017), dirigida por Xavier Gens, basada en la novela homónima de Albert Sánchez Piñol y protagonizada por David Oakes, Aura Garrido y Ray Stevenson, presenta al público la siguiente narración de la lista “el cine que habla de lo malo que puede ser el ser humano”. Con tintes o manchas gigantes de denuncia social, La piel fría acerca a las pantallas la tediosa crueldad del ser humano, y su impetuoso afán por dominar o destruir lo desconocido. Y diréis ¿otra vez? sí, otra vez. Si has llegado a esa misma reflexión, respira, no eres la única persona que está harta de las películas con argumento A-B-C. ¿Hasta qué punto son necesarias más películas así? Realmente puede que sean las que más necesitemos, por desgracia (un pin para la sociedad occidental, gracias).
Con un excelente trabajo de todos los equipos, La piel fría no carece de faltas graves más allá de que el abrigo que usa el protagonista parece sacado de la última temporada de H&M, pero las modas se repiten aunque hayan pasado cien años, así que haremos la vista gorda. El trabajo de los actores no desmerece halagos, especialmente el de Aura Garrido, cuyo personaje desde luego es el prototipo perfecto de “el bichito ultra mono que me encanta”. Basta de bromas, aunque la historia y los personajes sean un estereotipo tras otro, hay que reconocer el mérito de llevar ciertos clichés más allá de lo habitual, entrando en el terreno de lo sórdido o lo macabro, detalles que igual resultan desagradables pero que realmente marcan la diferencia entre este tipo de historias, tratando temas tabúes que muchos directores no abordarán en toda su carrera por más premios Oscar que tengan.
Desde luego hay que saber apreciar el cambio de tono que atraviesa la película en su primera hora. Lo que parecía una película de terror, empleando el lenguaje del propio género, acaba convirtiéndose en algo parecido a Avatar pero sin colores fosforitos. ¿Os imagináis a Pocahontas siendo la esclava del gobernador Ratcliffe?, pues eso. He de reconocer que superados los primeros cuarenta minutos de la película, en los que casi me duermo, acabé sintiendo verdadero interés por el desarrollo de la película, que me dejó un regusto amargo al salir de la sala de proyecciones.
Matices, es lo que hemos de buscar cuando vemos La piel fría, porque de lo contrario no veremos más que la típica historia del buen protagonista de mente abierta, contra el malo malísimo, que al final no es que sea tan malo sino que el pobre está fatal de la cabeza por no haber sabido tratar con un psicólogo sus problemas a tiempo. Pero ante todo, debemos quedarnos con el mensaje que envía, por repetitivo que sea, o acabaremos tan locos como un farero.
Sinopsis En una isla perdida en medio del océano, dos hombres se defienden, noche tras noche, resguardados en un faro, del asedio de unas extrañas criaturas marinas. Sometidos a la extrema tensión, sin entender las razones del ataque, tendrán que replantearse cómo enfrentarse a lo desconocido. Adaptación de la exitosa obra de Albert Sánchez Piñol.
País España
Director Xavier Gens
Guion Eron Sheean, Jesús Olmo
Fotografía Daniel Aranyo
Reparto David Oakes, Ray Stevenson, Aura Garrido, John Benfield, Iván González, Ben Temple
Género Fantástico
Duración 101 min.
Título original Cold Skin
Estreno 20/10/2017
