«Les chatquilles es un film conmovedor, un relato cargado de vitalidad y esperanza sobre la reconstrucción de las víctimas de abusos sexuales»
El Festival de Cine Francés está siendo un éxito, ya que la sala del Institut Français, día a día, está repleta hasta la bandera. Y no crean que los horarios son accesibles, ya que normalmente los pases terminan a las 23 horas y, por ese motivo, bastantes espectadores abandonan la sala tras la primera exhibición. Es igual, ya que una segunda tanda de concurrentes está dispuesta a ocupar las butacas vacías. De todas formas, nos ha sorprendido la gran afluencia de público interesado en el cine de habla francófona. Hoy había un atractivo especial, ya que se proyectaba el film En guerre película del realizador francés Stéphane Brizé, autor de cintas como La ley de mercado (2015) o El jardín de Jeannette (2016) e interpretada por Vincent Lindon (Rodin, 2017) en su papel principal. El guion, escrito por el propio Brizé, nos narra unos hechos que, desgraciadamente, conocemos muy bien en España:
A pesar de los importantes sacrificios financieros que han hecho los empleados y los beneficios récord obtenidos por la empresa, la dirección de Perrin Industrie decide el cierre total de la fábrica. Con el acuerdo incumplido y las promesas no respetadas, los 1100 empleados, animados por el portavoz Laurent Amédéo, se niegan a aceptar la brutal decisión y van a hacer lo posible para conservar sus puestos.
En guerre está construida sobre el fervor de la lucha: podemos escuchar mítines, debates entre trabajadores, pero no hay escenas íntimas o familiares.
El argumento nos atraía pero, si hemos de ser sinceros, esperábamos mucho más. Brizé vuelve al escenario de su anterior film La ley de mercado, pero el problema global es el estilo de la película: tiene tan pocos apartados que pronto se agota y, la continua repetición machacona acaba de jugar en su contra. Y es una pena ya que había recorrido para tocar cientos de puntos clave pero, ese empeño de convertir la realidad en representación, acaba por desnaturalizarlo todo. Una verdadera lástima y una oportunidad perdida de hacer un gran documental sobre los huelguistas, y las claves que llevan a los trabajadores a tales acciones reivindicativas. En otras palabras, la idea no es tanto exponer los mecanismos que guían al capitalismo financiero como explorar otros mecanismos, los narrativos de una tragedia. Toda la cinta está construida sobre el fervor de la lucha: podemos escuchar mítines, debates entre trabajadores, declaraciones de prensa pero no hay escenas íntimas o familiares, apenas hay diálogos reposados entre las familias afectadas. Todo es un enorme griterío, y eso no es un argumento.
A las 21 horas se ha proyectado la cinta, de la directora Andréa Bescond, Les chatquilles, protagonizada por ella misma y por Karin Viard (Algo celosa (2017), Clovis Cornillac (Tras la pared, 2015), Pierre Deladonchamps (Les patriotes, 2017) y, entre otros, Crégory Montel (La última lección, 2018) y, sin duda alguna, Les chatquilles es un film conmovedor y necesario en estos momentos. Un relato cargado de vitalidad y esperanza sobre la reconstrucción de las víctimas de abusos sexuales. El guion nos narra la historia de Odette, una niña de ocho años, a la que le gusta el baile y el dibujo. ¿Por qué habría de desconfiar de un amigo de sus padres, que quiere jugar con ella a “las cosquillas”? Ya adulta, Odette vacía su ira con el baile, se expresa libremente, y vive la vida.
Una cinta que enfrenta constantemente al espectador con el legado de su abuso que se expresa en un choque de trenes de una vida marcada por la promiscuidad, un genio feroz y una incapacidad para mantener relaciones. Es un testimonio convincente de la forma en que el abuso te roba la vida. Solo en su baile, Odette, es capaz de desatar toda la tormenta que se desata en su interior. Y es que llegar a un acuerdo con el pasado requiere un ajuste de cuentas dramáticamente satisfactorio.